El molino hidráulico harinero surge por primera vez en época romana en sus dos variedades: de rueda horizontal y de rueda vertical. Los musulmanes dejaron buen testimonio de la existencia de molinos hidráulicos en los territorios que ocuparon (es de suponer que el reino taifa de Badajoz recurriera al río Guadiana para obtener su harina)

Sin embargo, no fue hasta la Edad Moderna cuando el molino de agua alcanzó su máxima expansión, mantenida hasta mediados del siglo XX, cuando el desarrollo tecnológico le robó protagonismo, siendo muchos de ellos reemplazados por fábricas de harinas con maquinaria eléctrica.

El Diccionario Geográfico Estadístico de Pascual Madoz (1845-1850) recogía en Medina de las Torres un total de 20 molinos harineros de agua. Teniendo en cuenta estos datos se deduce que el paisaje medinés estaba salpicado de estos complejos, los cuales aprovecharon el caudal de los recursos hídricos de la zona .

Estas industrias tradicionales extremeñas deben ser conservadas, conocidas y valoradas pues representan buena parte de nuestro pasado siendo factores de configuración económica, social y cultural a lo largo de la historia.

Fábrica de harina y molinos